Venezuela Viva

En 2.004 es Bailaora invitada internacional en “Las Tapas de Manuel”, San José, Costa Rica.

En febrero de 2005 se incorpora a Fusión Viva como bailarina y coreógrafa, el espectáculo se presenta durante 5 funciones a casa llena en el teatro Trasnocho en Caracas con la participación de 13 músicos Venezolanos en escena, entre ellos Carlos “Metralleta” Orozco, el Pollo Brito, Roberto Koch y Saúl Vera, bajo la dirección musical de Cesar Orozco. A partir de entonces el espectáculo pasará a llamarse Venezuela Viva.

Dicen que la farruca es un baile hermoso y varonil, fuerte y arrítmico, poderoso y difícil de bailar. En tu larga trayectoria has interpretado tanto papeles femeninos como masculinos ( al mismísimo Bolívar, Liberador de un continente). ¿Con cuál de estos roles te sientes más cómoda?¿Qué diferencias encuentras entre ellos?. ¿Te han cuestionado alguna vez por interpretar roles masculinos?.

Por mucho tiempo me sentí mas identificada con la energía masculina. La fuerza en el ambiente donde me crié, era más respetada que cualquier otra expresión emocional. Ya sea para defenderme o para simplemente seguir el impulso natural de mi personalidad. Creo que también influyó en mi preferencia, el amor que tengo por la rítmica. La fuerza masculina en el flamenco es expresada por excelencia en el zapateado, y al ser este elemento la representación de la percusión, es por esto que me inclinaba sin objeción al lado masculino.

Actualmente disfruto de igual manera el trabajo de mis pies en el baile, quizás hasta más porque entiendo mejor. Pero por momentos el llamado del aire me busca, elevo mis brazos, miro al cielo y dejo al duende. Pido respuesta, sonrío, vuelo con mis pensamientos, me susurra un ángel, la musa ondea y florece la mujer, delicada, tierna, femenina... la energía va y viene indistintamente. Arriba y abajo, adentro y afuera, clara y oscura, caos y orden.

La fuerza masculina es arrolladora, enviciante, intoxicante, poderosa. La fuerza femenina es vasija infinita, inquebrantable, sutil, sanadora.

Creo que todos somos igualmente femeninos y masculinos, lo demás es una decisión.